Monday, March 19, 2007

Migrando como las aves!

Chicos, haciendo gala de sabiduría y economía de recursos he decidido aunar en uno todos mis sites, para no volver loca a la peña. Así que aquí va la nueva dirección de mi página web personal:

http://web.mac.com/anavalien

Que lo disfrutéis con salud, y perdonad por las molestias.

Sunday, March 18, 2007

Un fin de semana largo

Hola a todos!
Este fin de semana (por fín!) hemos ido a Benin. Es un país que hace frontera con nigeria al Oeste. Pequeñito, francófono, pobretón... y muy tranquilo y barato. ¿Y por qué no hemos ido antes? Varias razones: 1) No tenía visa 2) No tenía coche 3) No tenía dinero. Las 3, igualmente importantes.
Nuestra ruta comienza el viernes 16, saliendo de la oficina de Lagos a las 11 h, para que dé tiempo a llegar a la frontera y a que el chófer vuelva. Una buena excusa para olvidarnos de los horarios y para dormir la fiestita de cumpleaños (el mío) del jueves. Pasamos por la frontera, donde parece que te están presentando a toda la familia. Tuvimos que enseñar los pasaportes unas 5 veces antes de que nos dejaran pasar.
Al mediodía-tarde llegamos a Cotonou, y después de un par de vueltas buscando un hotel decente llegamos al Hotel du Lac. Maravillosas vistas de la bahía y estupendísima piscina. Celine se quedó un rato embobada mirando la televisión francesa. Pobrecilla!
Tras un bañito reconfortante en la piscina salimos a cenar al Pitu pitu o piti piti o algo así. Cuando llegamos resultó que las luces se apagaron. Entramos berreando a ver si había alguien en la oscuridad y, jeje, pues sí, resulta que habían lo menos 3 personas dentro escuchando nuestros gritos y viendo la pantalla del móvil de Jose Antonio intentando alumbrar algo. Nos sentaron en una mesa, todavía en la oscuridad más absoluta. Cuando volvió la luz pudimos ver las caras de las pobres víctimas de nuestro terrible francés y que de hecho el restaurante era muy bonito (a esas alturas pensábamos que sería un cuchitril). Comimos muy bien, una tremenda ensalada, una brocheta de ternera a la brasa y arroz aromático. De postre, un cafecito bien cargado. El total, unos 8 euros por persona. Yuju!
Luego tuvimos la primera aventura. Armados con nuestra guía de West Africa (y cargando con información de otros 10 países que nos traían al pairo en el momento) intentamos llegar a un edificio que tenía un par de clubs aparentemente recomendables. El taxista, o era muy tonto, o era tremendamente listo. No hubo manera. Mira que lo intentamos pero oye, nos llevó a 20 sitios y ninguno era ni por asomo el que buscábamos. Al final, más pacientes que un santo, decidimos probar suerte en un lugar de música en vivo. Et voilá! Hubo suerte. Música bailable y gente muy amable. Un poco carete, pero con el cambio quedaba en nada.
Al día siguiente decidimos pasar olímpicamente de visitar Cotonou (es fea con ganas la ciudad) e ir directamente al resort de Ouidah. El viaje nos mostró la primera de tantas diferencias con Nigeria: los barecillos de carretera sí eran apetecibles y la carretera estaba en buen estado y limpia. Fíjate, y con una centésima parte del presupuesto. En un par de horillas llegamos al lugar, un hotelito de casitas muy apañado. Lo mejor, la playa, las piscinas y el paisaje. Lo peor, los precios de la comida y la bebida. De camino, pudimos parar en un lugar emblemático, la puerta de no retorno. Es la ruta por la que muchos barcos negreros sacaban de África miles de esclavos. Poberinos!
En cuanto nos remojamos un poco en la piscina y nos duchamos fuimos directos a visitar la ciudad / pueblo. Mi intento de sacar una foto a una tienda se vió salpicado de insultos de una señora muy poco formal. Total, a esconder la cámara toca. Estuvimos dando una vuelta por el lugar. Decadente, pobre y muy africano. Me encantó. Incluso vimos un show nativo de batucada con bailarines incluídos. Un poco inquietante. No nos acercamos por si acaso les daba por rememorar los ritos caníbales de sus ancestros. Al fin y al cabo, no estamos tan lejos de la capital de vudú. Luego fuimos a cenar a un barecillo que nos habían recomendado, donde de postre nos dieron unos deliciosos crépes con chocolate de verdad (esta vez, incluso menos de 8 euros).
De vuelta al resort, aprovechamos que teníamos el bar en exclusiva para jugar al ping-pong, billar y futbolín. El camarero, aburrido, se unió al pequeño club deportivo. Como no llegaban más invitados a la fiesta, decidimos que era el momento de ir a la playa a ver las estrellas. Oooh, qué bucólico!
Domingo, 10 a.m.- Desayuno bufet copioso, porque tiene que atajar el hambre hasta que lleguemos a casita. Luego, sin prisas ni jaleos. Un ratín más en la piscina, que para eso la hemos pagado. A las 13 h, con una lagrimilla, nos volvimos a la frontera y a Lagos. Cuanto más entrábamos en Nigeria y más nos apartábamos de Benín, más sucio y descuidado estaba todo. Viva el imperio británico! Cómo se nota quiénes supieron inculcar un poquito de "savoir faire".
Aquí se acabó la aventura. Pero no desesperéis, en 2 semanitas estoy de vuelta por Benin, con la familia en pleno.
Ciao!